Pero claro, tal y como leo el artículo sigo sin salir de mi asombro: ¿Se necesita un gato? Es la pregunta que se hicieron. Me imagino que el análisis de la realidad vendría a raiz del mordisqueo de los pies de los molestos lores por parte de los ratones o algo así... porque si no, no me explico!

Aquí comenzó el debate y resumo: La baronesa Finlay of Llandaff propuso que se adquiriera un gato. Pero lord Brabazon of Tara, jefe administrativo, rechazó la idea. "Un gato traería aparejados muchos problemas, sería difícil evitar que anduviera por encima de los escritorios o que incluso ingresara en la sala de sesión", objetó.

Visto lo visto, me alegro que la Cámara de los Lores o Cámara Alta, o segú su nombre completo: The Right Honourable the Lords Spiritual and Temporal of the United Kingdom of Great Britain and Northern Ireland in Parliament assembled (es en serio), no tenga mucha potestad en ningún tipo de decisión importante en lo concerniente al gobierno de Inglaterra, si bien, si están al corriente vía teleconferencia de todo lo ocurrido en el Parlamento Británico, no tienen capacidad de comprometer la responsabilidad del gobierno.

El problema es que si tienen una mínima función legislativa, y pueden rechazar leyes remitidas desde la Cámara de lo Comunes, que es la que gobierna, aunque eso si, no por más de un año, lo que confirma mi teoría... no solo pierden ellos el tiempo, si no que pueden hacer que lo pierdan los demás!!

Realmente creo que, la velocidad en la toma de decisiones y el aprovechamiento del tiempo dedicado a una reunión, son lo suficientemente importantes para dedicarles, nunca mejor dicho, un tiempo a trabajarlo.

Por cierto, al final contrataron a especialistas cazaratones!! Uff...

Emilio Solís
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