El problema de la simplicidad del cerebro

A principios del S. XX, Ramon y Cajal demostró que, como el resto del cuerpo, el cerebro también está compuesto por células independientes y postuló que las neuronas, que aún no tenían ese nombre, se comunicarían por medio de señales eléctricas que viajan de extremo a extremo de la célula.

Se trata de una teoría imcompleta del cerebro, que no cuenta con que también hay células que no son neuronas y simplifica mucho el proceso de comunicación neuronal, pero supone un buen punto de partida para intentar comprender su funcionamiento: células independientes comunicadas por medio de señales eléctricas... Así de simple.

Sin embargo es esta simplicidad la que hace que sea difícil aceptar que de ella puedan surgir fenómenos tan elaborados y complejos como el lenguaje o incluso la consciencia. Fue precisamente en un intento de explicar la consciencia, que en 1996 Hameroff y Penrose propusieron la existencia en el cerebro de mecanismos de computación cuántica que ocurrirían en unas proteínas estructurales de las neuronas llamadas microtúbulos...

Continúa leyendo la entrada en el blog de Juano Valderrama (@jjvaarq) - Ciencia entre empresas

Microtúbulos en una inmmunofluorescencia.
La imagen es del Dr James Connell


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