Como casi a cualquier científico, me encanta el personaje de Richard Feynman. Es el paradigma del científico brillante, premio Nobel de física y la vez protagonista de mil anécdotas* entre otras la de ser declarado "deficiente mental" por el ejercito de los EEUU...
Hay
una historia suya que utilizo a menudo en los talleres de dirección
para discutir sobre el papel del director dentro de los procesos de
comunicación y toma de decisiones del grupo, se trata de su participación en la investigación del desastre del Challenger, el transbordador espacial de la NASA que explotó en 1986...
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